Acudir a la celebración de un cumpleaños que lleva tres cifras – ¡100 años!-, es un motivo de alegría y satisfacción.

El domingo 19 de abril fue un día especial porque el Sr. Pedro Allende celebró su centenario junto a nosotros.

Que fácil parece decir cien años, pero cuantas experiencias vividas. Experiencias que des de noviembre de 2012 tenemos el placer de compartir junto a él y toda su familia.

De porte elegante, siempre atento a los demás y dispuesto a ofrecer conversación… ¡Que Buenos ratos hemos pasado compartiendo con él batallitas que poca gente ha vivido!

No podemos imaginarnos al Sr. Pedro sin estar sentado en su butaca, leyendo su periódico, junto a su lupa.

Pero que sería del Sr. Pedro sin su querida esposa Pilar: el pilar básico de su vida.

Médico de profesión y  escritor de vocación ha dedicado su vida a los demás.

Como muestra de su interés por la escritura, su familia nos ha facilitado un texto sobre su filosofía de vida:

“Cuando envejeció, supo buscar el sentido a su edad  y lo encontró en  esta sola palabra  “ADAPTACIÓN”, saber ser viejo,  querer  serlo y no joven ni maduro. He aquí el gran deber y virtud de la ancianidad. Solo se es viejo quien se queda sin proyectos.

 Nos hicimos viejos muy pronto. La edad más delicada y profundamente eficaz del ser humano: la de la involución.

Senectud: Se ha perdido la capacidad  para las grandes actividades, el esfuerzo físico, la invención, la fecundidad, pero a cambio de ello, adquiere el hombre que declina, la aptitud para el consejo, la conciencia de la responsabilidad  y de la justicia y la capacidad para crear los modos estables  de vivir. En suma, la misión rectoral sin la que el mundo seria un caos, residen en las frentes que blanquearon o se han desertizado.

Y en las manos que han perdido el resorte de acariciar. Tal vez por eso yo he llegado a la conclusión final de que a los mayores se nos debe  (y agradecemos más) respeto que ayuda material.

 Pedro Allende

El Sr. Pedro es el claro ejemplo de que una persona puede hacerse mayor y no hacerse viejo.

Porque se es mayor, cuando, a pesar de la edad, nos levantamos y disfrutamos de un paseo sonriendo a cada persona que nos saluda.

Porque cuando, aún a nuestros años soñamos. Soñamos con ver a los nietos, con llenar la mesa de familia, con descubrir y experimentar cosas nuevas, con hacer reír a los demás con nuestras historias.

Cuando seguimos dispuestos a aprender, a descubrir y a conocer.

Las personas de alma vieja se deprimen con mucha facilidad, pero las que simplemente son personas mayores como Don Pedro, aceptan las inconveniencias de la vida, no dejando que les afecte tanto como para amargarles, saben que la vida se hace muy larga o muy corta según se viva.

Siempre merece la pena vivir intensamente, con felicidad, optimismo y sin aferrarse a las cosas que nos dañan el corazón.

El Sr. Pedro lleva su edad en el corazón: Es una persona mayor con alma joven.

¡¡FELICIDADES SR. PEDRO!!

Como cien años no se hacen todos los días, en la celebración tuvimos el placer de contar con la presencia del Director Territorial del Departament de Benestar Social i de Familia, el Sr. Josep M. Forné, que hizo entrega de la Medalla Centenaria al Sr. Pedro Allende.

El excelentísimo Alcalde de Almacelles, el Sr. Josep Ibarz acompañado de la Regidora de Benestar i Familia, la Sra. Montse Arnó y el Regidor d’Obres i Serveis, el Sr. Josep Godia, le hicieron entrega de la placa conmemorativa del centenario.

La Directora de Betula Alba, la Sra. Cristina Vendrell que entregó al Sr. Allende un ramo de rosas rojas de parte del centro.

Y su hija Pilar, en representación de la familia, expresó una palabras de agradecimiento y llenas de sentimiento a sus padres y a todos los presentes en el acto.

Betula Alba quiso regalarle al Sr. Pedro un pequeño recital de canciones  porque la música nos da vida.

El Sr. Pedro, junto a toda su familia, Dirección, profesionales del centro y sus compañeros residentes disfrutó de este día con los mejores deseos de felicidad y optimismo.