Todos sabemos que el acto de comer no es un acto puramente orgánico.

Entran en juego muchos factores sensoriales y para la mayoría de personas, comer es un placer.

En Betula Alba queremos seguir regalando a nuestros residentes el gusto por la comida sin dejar de lado las posibles enfermedades asociadas a cada persona.

Siempre que sea posible los residentes pueden elegir entre platos de primero, unos platos de segundo y unos platos de postre, que posteriormente se revisan desde el Servicio de Dietética para tener constancia de las opciones elegidas por cada residente y que no les den ningún problema de salud.

¿Pero quién hace realidad los deseos de nuestros residentes? Pues los cocineros que día tras día cocinan los platos cuidando todos los detalles para que puedan llegar a los residentes en perfectas condiciones y a la temperatura adecuada.

Ellos, Ángel, Feli, Mari, Eugenia, Jordi, Juan y Eric, hacen los desayunos, las comidas, las meriendas y las cenas en Betula Alba, siguiendo las directrices del Departamento de Dietética pero poniendo su toque personal a cada plato.

Cada cocinero tiene unos platos que prefiere hacer por encima de otros, ya sea porque le sale muy bueno o simplemente porque le gusta cocinarlo. De esta manera trabajamos los menús para que cada cocinero se sienta cómodo con sus platos a la vez que el menú sea equilibrado dietética y nutricionalmente hablando.

Cada día los cocineros reciben las hojas de menú elaboradas por la dietista y que incluyen todos los platos que han pedido los residentes, así como también todas las dietas especiales que tenemos en el Centro; residentes con dietas diabéticas, gástricas, trituradas, de fácil masticación o incluso, dietas estrictas ordenadas desde el Departamento de Enfermería para residentes en momentos puntuales.

En Betula Alba creemos que cada persona es única y es por eso que intentamos personalizar al máximo sus gustos culinarios dejando escoger cada residente dentro de la oferta del multimenú.